MUJERES MEXICANAS EN LA POBLACIÓN OCUPADA, BRECHAS DE DESIGUALDAD.

“También ocurre que las mujeres se emplean en trabajos más flexibles, temporales, a tiempo parcial y/o a domicilio, informales y sin prestaciones, porque éste tipo de empleos les permite compatibilizar el trabajo remunerado, con el trabajo de reproducción de la vida que se realiza en la esfera privada, el trabajo del hogar y de cuidados.”

Carolina Ledezma[1]
Willebaldo Gómez Zuppa[2]

Las mujeres han tenido una participación creciente en la economía mexicana, hoy en día, se han fortalecido las líneas de investigación acerca de dicho aumento, considerando el análisis de la esfera privada, es decir del trabajo no remunerado de reproducción de la vida, de cuidados y del hogar, que aún se quiere invisibilizar, pero sobre el cual ahora se sabe, contribuye a la economía mexicana. En 2021 por ejemplo, representó el 26.3% del Producto Interno Bruto (PIB), superior al PIB en actividades económicas como comercio, industria manufacturera y servicios educativos, que tuvieron 19.6%, 18.1% y 3.6%, respectivamente. A la par, se han estudiado también las características de la incorporación de la mano de obra femenina, al trabajo remunerado, denominado productivo, y cómo este proceso se sigue dando en las posiciones más bajas. El presente documento se centra en esta segunda línea investigativa y revisa sucintamente, algunos rasgos generales de la incorporación de las mujeres al mercado laboral, y hace un recuento de su participación en el mercado laboral en este 2023 y cuáles son los saldos que dejo la pandemia de COVID-19.

La presencia masiva de mujeres en el mercado laboral en México fue visible en los años setenta, ya en los sesenta era notoria, pero en la década posterior es dónde se hace evidente, esa tendencia persiste hasta este nuevo siglo.

Desde entonces y hasta ahora, las condiciones de esa incorporación siguen siendo menos favorables que las de los hombres, se vienen dando en posiciones menos cualificadas, en el sector terciario de la producción, en ocupaciones feminizadas, como maestra, secretaria, mesera, enfermera o en trabajos por cuenta propia como trabajadora de servicios personales y/o en el trabajo remunerado del hogar.

Otro rasgo importante ha sido el desequilibrio en el ingreso, la llamada brecha salarial entre hombres y mujeres en un trabajo de igual valor, lo que constituye discriminación salarial.

También ocurre que las mujeres se emplean en trabajos más flexibles, temporales, a tiempo parcial y/o a domicilio, informales y sin prestaciones, porque éste tipo de empleos les permite compatibilizar el trabajo remunerado, con el trabajo de reproducción de la vida que se realiza en la esfera privada, el trabajo del hogar y de cuidados.

La mayor presencia de mujeres en el mercado laboral está relacionada con el modelo económico de desarrollo, así se dio en el proceso de industrialización, en el modelo de sustitución de importaciones y en la llamada modernización, porque las transformaciones o crisis económicas, impactan el nivel de vida de la población, dando como resultado la mayor incorporación de mujeres al mercado laboral, porque constituyen mano de obra barata y porque ha sido una estrategia de superviviencia de las familias frente al proceso creciente de precarización de las condiciones de vida, en contextos como el de libre comercio, privatización y desmantelamiento del sector público, de producción para exportación, así como en las políticas de flexibilización de las relaciones laborales.

Las cifras actuales, siguen reflejando que las condiciones generales en que las mujeres se incorporan al trabajo remunerado, no han variado.

A finales del año 2022 el INEGI estima que existen 128´857,600 habitantes en México, de las cuáles 67´042,039 son mujeres, lo que representa el 52% de la población total. De este número las mujeres mayores de 15 años son 52´761,504 lo que representa el 78.7% de la población total de mujeres. La población Económicamente Activa de mujeres se calcula en 24´399,816, lo que representa el 36.4% de la población total de mujeres, sin embargo, solamente se encuentran ocupadas (Población Ocupada) 23´653,813 lo que representa 35.3% de la población total de mujeres y el 45% de la población total de mujeres con 15 años o más, con este dato podemos deducir que el desempleo abierto de las mujeres es de 746,005 personas lo que representa el 3.1% de la PEA y el 1.4% de la población de Mujeres con 15 años o más.

En cuanto a la ocupación, persiste la segregación ocupacional, ya que encontramos que la mayor cantidad de la PEA de las Mujeres se encuentra dentro del sector terciario al contabilizar 18´412,117 lo que representa el 77.8% de la Población Ocupada de las mujeres. Le sigue el sector secundario en importancia que tiene 4´088,967 de mujeres lo que representa el 17.3% de la PO de las mujeres y por último, el sector primario que cuenta con 1´041,174 lo que representa el 4.4% de la PO de las mujeres.

Cuando analizamos a la PO de las mujeres con respecto al tipo de relación laboral, encontramos que su presencia en espacios de toma de decisiones, sigue siendo baja, la gran mayoría de las mujeres son trabajadoras subordinadas y remuneradas ya que son 16´013,457 de personas lo que representa el 67.7% de la PO de mujeres, mientras que las mujeres empleadoras son solamente 659,274, lo que representa el 2.8%, lo que contrasta con la cifra de hombres que son 2´311,115 personas lo que representa el 9.7% de la PO masculina. Mientras que las trabajadoras por cuenta propia son 5´503,388 lo que representa el 23.3% de la PO de mujeres, y las mujeres ocupadas y no remuneradas son 1´477,694 que representa el 6.2% de la PO de mujeres.

En cuanto a la duración de la jornada laboral las mujeres que trabajan menos de 15 horas son 2´331,390, lo que representa el 9.9% de la PO de mujeres, mientras que las que trabajan entre 15 y 34 horas son 5´395,834 lo que representa el 22.8% de la PO de mujeres, y las que trabajan entre 34 y 48 horas son 10,907,612 trabajadoras lo que suma el 41.6% de la PO de mujeres, mientras que las mujeres que trabajan más de 48 horas a la semana son 4´504,433 mujeres que representan el 19% de la PO. A estas extenuantes jornadas se le suma el tiempo dedicado a labores del hogar.

Cuando desagregamos los sectores económicos para ubicar en donde trabajan las mujeres encontramos que 9´863,103 trabaja en los micronegocios lo que representa el 41.7% de la PO de mujeres, mientras que 4´126,602 laboran en pequeños negocios, representando el 17.4%, en lo medianos establecimientos 2´254,091 que es el 9.5% de la PO de mujeres y 2´188,703 en grandes establecimientos contabilizando 9.3%. Por otra parte, las mujeres que laboran en el gobierno son 971,991 lo que representa 4.1% de la PO de mujeres, lo que contrasta con la cifra de hombres que trabajan en el gobierno que son 1´357,788 lo que representa el 5.7% de la PO de hombres.

En cuanto a los sectores económicos el sector terciario es el que más concentra el número de mujeres subordinadas y remuneradas, destacando los Servicios sociales con 2´844,002 trabajadoras, seguido del comercio con 2´695,920 trabajadoras, y después el sector Servicios diversos con 2´612,738, posteriormente esta el sector de servicios profesionales, corporativos y financieros con 1,510,255 trabajadoras y el servicio de restaurantes y alojamiento con 1,483,103. En cuanto al sector secundario, quien más demanda la fuerza de trabajo de las mujeres son las manufacturas con 2,761,580, seguido de la construcción y la industria extractiva y electricidad que demandan 143,576 y 73,335 trabajadoras respectivamente.

En cuanto a la remuneración, La brecha salarial sigue siendo importante, por lo que, podemos sostener que el empleo de las mujeres esta con un mayor porcentaje de mujeres trabajadoras que ganan menos de 1 salario mínimo ya que estas contabilizan 9´171,055, lo que representa 38.77% de la PO de mujeres, mientras que quienes ganan entre 1 y 2 salarios mínimos son 7´067,771 lo que representa el 29.88% de la PO de mujeres. Es decir, con base en estos datos podemos decir que 7 de cada 10 mujeres que trabajan en México (68.7%) ganan menos de $414 pesos diarios, es decir unos $12,420 pesos al mes, lo que las sitúa en una condición de pobreza laboral. Por otra parte, las trabajadoras que ganan entre 2 y 3 SM son 1´882,469, y las que ganan entre 3 y 4 SM 787,101 lo que representa el 7.98% y el 3.3% de la PO de Mujeres respectivamente. Las mujeres que ganan más de 5 SM diarios son 249,920 lo que equivale a 1.06% de la PO de mujeres, esta cifra contrasta con los hombres que contabilizan en este segmento a 640,811 trabajadores.

En cuanto al acceso a los servicios de salud podemos afirmar que la mayoría de las trabajadoras subordinadas y remuneradas (58.23%) cuentan con acceso a los servicios de salud, unas 9,324,015, mientras que quienes no cuentan con acceso a servicios de salud o no tienen especificado el acceso son el 41.77% de las trabajadoras subordinadas y remuneradas que suman 6,689,442 trabajadoras.

Por último, aquellas trabajadoras que cuentan con prestaciones laborales son 10´941,574 que representa el 68.33% de la PO de mujeres, mientras que quienes no cuentan con prestaciones o no tienen especificadas las prestaciones son 5´071,883 el 31.67% de la PO de mujeres.

Estos datos dan cuenta de que persiste la discriminación y desigualdad laboral, sigue siendo un reto alcanzar la igualdad sustantiva a la que alude el artículo 2 de la Ley Federal del Trabajo, la atención y erradicación de la discriminación laboral no puede quedar fuera de la agenda de los gobiernos, las organizaciones políticas y sindicales.


[1] Coordinadora del Área de Capacitación del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS)

[2] Docente de la Facultad de Economía y miembro del equipo de investigación del CILAS

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